Se acaba de celebrar el primer debate electoral de las presidenciales USA 2020, entre los candidatos Trump y Biden.
No analizaremos quién ha ganado, aunque sí podemos consignar alguno de los tantos que se ha marcado cada candidato. Nos interesa mucho más observar y analizar la disposición dialéctica -para el combate- de cada uno de ellos, así como las técnicas -si ha habido alguna- utilizadas.
los ejes dialécticos
¿Cuáles han sido los ejes que ha seguido cada candidato?
Trump se ha aferrado al eje que sabe que le posiciona mejor, Ley y orden, incluso sacrificando un aspecto que podría estar muy de su lado, como la economía, que ha defendido con muy poca intensidad.
Biden ha insistido en que Trump no es creible. Tanto desde el punto de vista de su moralidad (mentiroso) como de su capacidad directiva (Trump no tiene un Plan). Ambos aspectos han sido repetidamente mencionados por Biden a lo largo del debate.
En ambos casos, sin embargo, no ha existido una línea clara de su propia propuesta ¿Cuál es el atributo, o la línea fuerte de cada uno de ellos?
En definitiva, muy poca claridad dialéctica en este punto.
Los roles.
¿Qué relación binaria de roles se ha establecido en este debate?
Interesante punto este. No estaba claro quien atacaba y quién defendía y, de hecho, no ha habido una lectura nítida de roles. Sin embargo, sí podemos establecer unos atributos presentes en cada uno:
ATRIBUTOS DE TRUMP
- Interruptor
- Denunciante
- “YO”
- Infantil
- Impulsivo
- Reactivo
- Indignado
ATRIBUTOS DE BIDEN
- Juzgador moral
- Calmado
- “ustedes”
- Paternal
- Jovial
- Organizado
- Experiencia
En todo caso, el espectador, de forma inconsciente, más allá de estos atributos, no puede percibir quién es el que desafía el poder y quién lo detenta.
Por cierto, en ningún momento Biden se ha dirigido a su oponente como “Trump” y solamente una vez como “Donald”. Ha procurado no mirarle, y referirse a él como “el presidente” o, simplemente, “él”, en una táctica bien consciente.
Trump, mucho más acostumbrado a los ataques ad hominem, no ha tenido ningún problema en llamar repetidamente a Biden por su nombre (Joe).
Dinámica / ritmo
¿Quién de los dos ha llevado la voz cantante?
Sólo en un momento, ciertamente decisivo por ser el primero, ha habido un movimiento significativo:
Biden entra antes, más ágil y más jovial; cuando llega a su atril, Trump está todavía a más de 10 metros del suyo, con un paso pesado, y los brazos caidos. Biden le espera con los brazos abiertos… y los puños cerrados.
Las interrupciones han sido la gran herramienta dialéctica usada por Trump, aunque sobre todo en el primer bloque, donde ha sido muy constante e intenso, hasta el punto de sacar en un momento puntual de sus casillas a Biden… ¡y al moderador!
Lo sorprendente, de hecho, es que en los momentos del debate donde más tenía que perder (Covid 19 y sus impuestos) ha permanecido muy pasivo, casi sin saber qué decir o hacer.
Biden, por su parte, tampoco ha estado especialmente punzante en sus bloques. En el primero, evidentemente, porque Trump no le ha dejado. En los demás, porque, al contrario de Trump, tiende a utilizar una expresividad menor, y un lenguaje menos “básico”.
En esta línea, su mensaje más enérgico y poderoso ha sido cuando ha pedido al espectador que vote:
Su fuerte ha estado en los continuos vínculos tendidos con el espectador. Una estrategia muy definida y decidida, que le ha dado sus frutos, entre otras cosas porque cuando estás dialogando con alguien, si te interrumpe un tercero, éste queda en mal lugar:
y otra estrategia muy consciente de Biden, complementaria de la anterior (aunque no muy bien ejecutada) es la de instalar en el espectador imágenes poderosas en detrimento de Trump, como en el caso del cloro (lejía) donde imita el acto de pincharse en el brazo, o en el recuerdo de los “viles actos” del KKK, donde imita el acto de llevar una antorcha.
Los argumentos
Trump tenía dos argumentos bien preparados, dos momentos en que ha puesto toda su intensidad, y no se ha dejado llevar por el moderador o por Biden:
- En su primera intervención (bloque inicial: trayectoria) donde ha soltado un argumento bien hilado y contundente acerca de que “hemos ganado las elecciones, y eso tiene consecuencias”
- En el arranque del bloque sobre tensiones raciales, con un argumento enérgico y contundente acerca de la paralización de la política de sensibilización sobre la desigualdad racial.
Esos han sido sus dos grandes momentos proactivos. El resto del tiempo se ha mantenido pasivo (más tiempo del esperado) o faltón, en un perfil que no le desagrada en absoluto, pero que tiene muy poco recorrido, más allá de encandilar (cada vez a menos) a sus fervientes partidarios).
Lo más notable ha sido cómo se ha liado Trump en una explicación sobre los coches baratos, la contaminación, la producción en USA, y unas cuantas variables más, cuando le han interpelado sobre el cambio climático, un tema que no estaba previsto…
Biden, por su parte, solamente ha trenzado poderosamente un argumento, a pesar de la interrupción de Trump, cuando ha hilvanado los cuatro motivos por los que “él” [Trump] no puede seguir:
- Porque somos más débiles
- estamos más divididos
- somos más pobres
- somos más violentos
Recurso dialéctico éste, por cierto, bien conocido (llamado EFECTO LISTA)
Resumen dialéctico
Mucho ruido, sobre todo al principio, y muy poca chicha. No ha habido casi nada especialmente eficaz y significativo, si acaso la entrada en escena de Biden.
y de poster, el insulto más elevado del debate ¿lo expelió Trump? ¡No!
Esperemos que la cosa mejore en los próximos debates. Permanece atent@ a nuestros blogs…